• La ausencia de sueño tiene como consecuencia un modelo de estrés y activación del sistema nervioso simpático, que puede traer consigo el desarrollo de obesidad abdominal y resistencia a la insulina
• La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) destaca que la apuesta más segura para mantener una buena salud metabólica es seguir una dieta mediterránea acompañada de un periodo de descanso nocturno regular de 7-8 horas
• Los ciclos hormonales propios de hombres y mujeres influyen en el apetito y en la ganancia de peso de manera diferente.
Madrid, 31 de agosto de 2020.- Existen numerosos estudios epidemiológicos que aseguran que, la falta de sueño está asociada al riesgo de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2. Al tratarse de dos patologías muy prevalentes y fácilmente prevenibles, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) alerta de que dormir poco produce un aumento de concentración de ghrelina, una hormona secretada principalmente por la mucosa gástrica que estimula la ingesta, al mismo tiempo que reduce la leptina, de efecto saciante, procedente del tejido adiposo. Esta subida y bajada de valores hormonales, favorece un comportamiento alimentario que promueve la ganancia de peso.
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