Autor del comentario: José Antonio López Medina – Especialista en Endocrinología y Nutrición– Hospital Universitario Virgen de la Victoria. Málaga. Miembro del Área de Nutrición de la SEEN.
Objetivo del estudio/metaanálisis:
La dieta influye significativamente en el riesgo de cáncer gastrointestinal (CGI). Una alimentación rica en grasas saturadas, carnes procesadas, y baja en fibra, frutas y verduras se asocia con un mayor riesgo de CGI. Factores como el consumo excesivo de alcohol, alimentos altamente procesados y la deficiencia de antioxidantes también contribuyen a este incremento en el riesgo.
Este metanálisis analiza la carga proporcional y la tasa atribuible a la dieta de 6 tipos de CGI, así como la incidencia total de estos cánceres a nivel mundial, en 184 países, entre 1990 y 2018.
Contexto del estudio:
Se recoge de forma exhaustiva y sistemática los metanálisis y las publicaciones en función de su grado de evidencia, identificando las asociaciones entre dietas subóptimas y 6 CGI y sus subtipos.
Grupo de trabajo:
Trabajo colaborativo entre los departamentos de epidemiología y bioestadística, así como del centro Hubei Cancer Hospital, Tongji Medical College de la Universidad de Huazhong de Ciencia y Tecnología y del Colorectal Cancer Clinical Research Center of Wuhan (China); y los departamentos de Epidemiología y de Nutrición de la Universidad de Harvard, Boston. Estados Unidos.
Población de estudio:
Se buscaron factores etiológicos alimentarios en seis tipos de CGI, incluidos el cáncer de esófago (CE), el cáncer en hígado (CH), el cáncer gástrico (CG), el cáncer de páncreas (CP), el cáncer de vesícula y tracto biliar (CCBGC) y el cáncer colo-rectal (CCR). En primer lugar, se identificaron 36 factores de riesgo dietéticos como posibles contribuyentes a los CGI mediante una revisión sistemática de la literatura internacional. El estudio encontró que una proporción significativa de los casos de CGI en 2018 fue atribuible a dietas subóptimas, una tendencia que se ha mantenido estable desde 1990, aunque los casos absolutos se duplicaron. Los principales factores de riesgo dietético en 2018 fueron el consumo excesivo de carne procesada, la ingesta insuficiente de frutas y cereales integrales, mientras que en 1990 destacaba la falta de verduras. Europa Central y Oriental, junto con Asia Central, tuvieron la mayor carga atribuible en ambas fechas estudiadas, y se identificó una correlación positiva entre el Índice Sociodemográfico y la incidencia atribuible.
Novedades que plantea el artículo:
En 2018, el 21,5% de los casos mundiales de CGI fueron atribuibles a dietas subóptimas, cifras relativamente estables desde 1990, pero se han duplicado los casos absolutos, y el impacto variando según el país, la región y factores demográficos como sexo, edad, educación y residencia urbana o rural.
Limitaciones del estudio:
En primer lugar, las culturas alimentarias son diversas, y centrarse solo en ciertos alimentos sin considerar métodos de cocción e interacciones alimentarias limita la precisión. En segundo lugar, la estimación atribuible a la dieta sobre el CGI no considera la obesidad como factor de riesgo. Por último, la falta de estudios prospectivos limita la representatividad global de los valores de riesgo relativo (RR) relacionados con dieta y CGI.
Aplicabilidad clínica del estudio
Teniendo presente que las dietas poco saludables siguen siendo responsables de más del 20% de los casos de CGI, estamos obligados desde el punto de vista sanitario a trabajar desde un punto de vista preventivo para mejorar la alimentación y reducir el impacto de este tipo de cáncer.
Perspectivas de investigación derivadas del estudio
Son necesarios estudios prospectivos a largo plazo que analicen cómo la dieta influye en el desarrollo de CGI, considerando la diversidad cultural y alimentaria; estudios que analicen la interacción entre dieta y otros factores de riesgo como la obesidad, genéticos, estilos de vida o exposición ambiental, así como estudios que evalúen cómo las dietas inadecuadas pueden ver su impacto amplificado en el CGI ante cambios demográficos como el envejecimiento y el crecimiento poblacional.
Opinión personal del estudio
Metanálisis consistente y de referencia sobre la dieta y el CGI. Ningún estudio anterior había examinado de forma exhaustiva la incidencia de CGI atribuible a la dieta, y comparando su variación a lo largo de varias décadas.
Conclusiones principales del estudio
En 2018, el 21,5% de los nuevos casos de cáncer gastrointestinal (CGI) a nivel mundial se atribuyeron a una dieta inadecuada. Los principales factores de riesgo fueron el consumo excesivo de carnes procesadas y la ingesta insuficiente de frutas y cereales integrales. Esta carga de CGI estuvo positivamente relacionada con el Índice de Desarrollo Socioeconómico (IDS) y varió según las regiones, siendo mayor en Europa Central y Oriental, Asia Central, América Latina, el Caribe y países de renta alta. Estos hallazgos resaltan la importancia de implementar intervenciones de salud pública específicas en diferentes regiones para reducir la incidencia de este tipo de cáncer.