La desnutrición relacionada con la enfermedad es una condición frecuente, con un impacto negativo en la calidad de vida de una persona, aumentando las comorbilidades y la mortalidad, y prolongando las estancias hospitalarias, lo que resulta en costes de atención de salud innecesarios.
Aunque cada vez está más claro que la atención nutricional puede prevenir o tratar la desnutrición de manera eficaz y mejorar el pronóstico y los resultados de la enfermedad, el acceso a la atención nutricional sigue siendo inaceptablemente limitado para la mayoría de los pacientes.
Esto significa que la mayoría de las personas enfermas en todo el mundo no se benefician de la detección, el diagnóstico y la evaluación de la desnutrición, ni tampoco de la administración y seguimiento de la terapia nutricional médica.
Por ello, en el reciente 44º Congreso ESPEN, se ha firmado la Declaración Internacional del cuidado nutricional como uno de los derechos humanos.
La firma ha sido rubricada aparte de ESPEN, por ASPEN, FELANPE y PENSA.