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Validation of dynamic risk stratification and impact of BRAF in risk assessment of thyroid cancer, a nation-wide multicenter study

Pérez-Fernández L, Sastre J, Zafón C, Oleaga A, Castelblanco E, Capel I, Galofré JC, Guadalix-Iglesias S, De la Vieja A, Riesco-Eizaguirre G.

13 de febrero de 2023

Primer estudio multicéntrico que demuestra la utilidad clínica del sistema de estratificación dinámica del riesgo (o DRS en inglés), que clasifica a los pacientes en 4 categorías según la respuesta al tratamiento. Lo interesante es que demostramos que dicho sistema se puede simplificar en 3 categorías (agrupando la respuesta indeterminada y bioquímica incompleta en una sola categoría al tener ambas una evolución similar) manteniendo el sistema igual de fiable a la hora de predecir la evolución clínica.

Reducir el número de punciones tiroideas innecesarias mejorando la precisión diagnóstica: Hacia el TIRADS adecuado

02 de octubre de 2019

Se presenta el artículo con título “Reducir el número de punciones tiroideas innecesarias mejorando la precisión diagnóstica: Hacia el TIRADS adecuado”, publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, en enero de 2019, por  Giorgio Grani.

RESUMEN

Introducción:
La prevalencia de nódulos tiroideos es cada vez más alta en la población, y al menos la mitad de los puncionados son benignos. Los sistemas de estratificación de riesgo ecográficos se utilizan como herramienta de “descarte" para identificar nódulos que no requieren punción aspiración con aguja fina (PAAF).

Objetivo:
Evaluar comparativamente cinco sistemas de clasificación ecográficos avalados internacionalmente (Asociación Americana de Tiroides, Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos, Colegio Americano de Radiología (ACR), Asociación Europea de Tiroides y Sociedad Coreana de Radiología de tiroides) para identificar nódulos cuya PAAF puede diferirse con seguridad y estimar sus valores predictivos negativos.

Diseño:
Estudio prospectivo de nódulos tiroideos remitidos para PAAF.
477 pacientes (358 mujeres, 75,2%); edad media 55,9 (DE 13,9) años.

Resultados:
La aplicación de los criterios para la realización de PAAF de los diferentes sistemas, reduciría el número PAAF de un 17.1% a un 53.4%. El Sistema de Datos e Informe de Imágenes Tiroideas (TIRADS) del Colegio Americano de Radiología,  permitió la mayor reducción (268 de 502) con la tasa de falsos negativos más baja (VPN, 97.8%; IC 95%, 95.2%- 99.2%). A excepción de los TIRADS de la Sociedad Coreana de Radiología Tiroidea, todos los demás sistemas demostraron una capacidad de discriminación significativa pero disminuyeron en menor medida el número de procedimientos.

Conclusiones:
Los sistemas de estratificación de riesgo ecográfico avalados internacionalmente varían ampliamente en su capacidad para reducir el número de PAAF innecesarias de nódulos tiroideos. Los ACR TIRADS superaron a los demás, clasificando más de la mitad de las PAAF como innecesarias, con una tasa de falsos negativos del 2.2%.

COMENTARIO

Para identificar aquellos nódulos que puedan contener una neoplasia maligna se ha empleado la puncion-aspiración con aguja fina (PAAF) ampliamente. Sin embargo, al menos la mitad de las PAAF son benignas y hasta un tercio se describen como hallazgos no concluyentes, lo que provoca pruebas adicionales costosas no exentas de riesgos.
En este contexto, los sistemas de estratificación de riesgo ecográficos surgen como pruebas de descarte, para aumentar la precisión de la PAAF (permitir identificar nódulos con bajo riesgo de malignidad cuya citología puede diferirse con seguridad). Cada sistema establece unas categorías de riesgo definidas por un conjunto de características ecográficas y en función del tamaño del nódulo.

El objetivo del presente estudio fue determinar la proporción de nódulos con PAAF innecesaria en función de 5 sistemas de estratificación (Asociación Americana de Tiroides, Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos, Colegio Americano de Radiología (ACR), Asociación Europea de Tiroides y Sociedad Coreana de Radiología de tiroides) y la fiabilidad de estas exclusiones.
 
Se trata de un estudio prospectivo y observacional sobre 502 nódulos tiroideos de 477 pacientes con una edad media de 55,9 (DE 13,9) años, remitidos a una Unidad de Cáncer de Tiroides para la realización de la PAAF. Antes de la punción, cada nódulo fue clasificado según los 5 sistemas por 2 médicos con experiencia en ecografía tiroidea, excluyéndose los nódulos subcentimétricos (n=79).
 
La recomendación de la PAAF era analizada posteriormente en función del diagnóstico patológico del nódulo, mediante el estudio citológico (maligna para Bethesda V y VI y benigna para Bethesda II) o histológico de existir. Finalmente, 36 de los 502 nódulos fueron malignos (34 identificados histológicamente y 2 citológicamente).

Para cada sistema de estratificación de riesgo ecográfico se calculó el número de nódulos que cumplían o no los criterios para la realización de la PAAF. Las pruebas clasificadas como negativas se consideraban innecesarias, mientras que las pruebas clasificadas como positivas la recomendación ecográfica con respecto a la PAAF se comparaba posteriormente con el diagnóstico de benignidad o malignidad. Además se identificaron los nódulos para los que se recomendaba PAAF en función del intervalo de tamaño establecida para cada clase de riesgo de cada uno de los sistemas de clasificación.
 
Se observó que la aplicación estricta de las indicaciones proporcionadas por cada uno de los sistemas reducía el número de PAAF. Estas exclusiones variaron ampliamente (desde un 17,1% hasta un 53,4%), así como la tasa de falsos negativos (2,2 a 4,1%), según el sistema analizado. La reducción más segura y sustancial fue con los ACR TIRADS:
  • Eliminó más de la mitad de las PAAF indicadas (53,4%). Esta capacidad parece residir en qué propone intervalos de tamaño mayores para recomendar la PAAF de nódulos clasificados como de bajo riesgo, con la tasa de falsos negativos más baja de todos los sistemas evaluados (2,2%).
  • Su capacidad para excluir entre malignidad y benignidad fue mayor que el resto de sistemas (VPN 97,8%).
  • Los ACR permitieron clasificar un número significativo de nódulos mayor a una clase de riesgo a diferencia de otros sistemas, como por ejemplo la ATA.
La capacidad discriminatoria de los otros sistemas fue similar al de ACR TIRADS (a excepción de los K-TIRADS), pero su capacidad para reducir el número de procedimientos fue menor. Los K-TIRADS fue el sistema que disminuyó en menor medida el número de procedimientos innecesarios.
 
Un total de 11 nódulos diagnosticados como malignos fueron clasificados erróneamente como PAAF innecesarias por al menos uno de los sistemas TIRADS. 
Además, un nódulo clasificado como PAAF innecesaria por 3 de los 5 sistemas fue diagnosticado de carcinoma medular de tiroides. A favor del sistema ATA un 33% de los cánceres medulares presentan características ecográficas de baja sospecha que permiten clasificarlo como de sospecha intermedia en tamaños mayores de 1 cm en esta clasificación.
 
Una de las principales fortalezas del estudio reside en su diseño prospectivo observacional. Sin embargo, se desconoce los criterios que respaldaban la solicitud de PAAF de los diferentes especialistas (endocrinología, cirugía, atención primaria etc) y la ausencia de diagnóstico definitivo histológico en un alto porcentaje
 
En resumen, el uso de cualquier sistema de clasificación permitiría reducir el número de PAAF innecesarias en diferente grado, siendo la más segura la ACR TIRADS. Sin embargo y a pesar de estos resultados, la elección de un sistema TIRADS no solo se basa en su capacidad para reducir el mayor número de PAAF innecesarias y su precisión diagnóstica. También depende  de la variabilidad interobservador, del equipo y su experiencia, de las características del equipo ecográfico y de su facilidad para aplicarlo en la práctica clínica.

Referencia:
Grani G et al. J Clin Endocrinol Metab. 2019 Jan 1;104:95-102. doi: 10.1210/jc.2018-01674.
 
Comentado por:
Gonzalo Díaz Soto y Rebeca Jimenez. Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Clínico Universitario de Valladolid.





La punción con aguja fina (PAF) en nódulos tiroideos debe realizarse utilizando la técnica de capilaridad con agujas de 24 a 27 G de calibre: Revisión sistemática y meta-análisis

20 de junio de 2019

Se presenta el artículo con el título “La punción con aguja fina (PAF) en nódulos tiroideos debe realizarse utilizando la técnica de capilaridad con agujas de 24 a 27 G de calibre: Revisión sistemática y meta-análisis.” publicado on line el pasado mes de julio de 2018 en la revista Thyroid.  
 
Abstract:
 
Introducción: La punción con aguja fina (PAF) es el método estándar establecido a nivel internacional para la evaluación diagnostica de los nódulos tiroideos. Existe ausencia de consenso acerca de cuál es la técnica optima de PAAF. La implantación de la técnica de capilaridad frente a la aspiración y el calibre adecuado de las agujas continúan siendo un tema a debate. 
 
Métodos: revisión sistemática realizada en bases de datos Medline, Embase y Cochrame entre otras. Los artículos incluidos, evaluaban los efectos de la técnica de capilaridad frente a la aspiración y el calibre de la aguja en relación al rendimiento diagnóstico de la PAF. El objetivo principal del estudio fue hallar el porcentaje de citologías no diagnósticas.
 
Resultados: 24 artículos con un total de 4428 nódulos fueron incluidos en la revisión. 20 de esos artículos evaluaban la técnica de capilaridad frente a la aspiración, y 6 evaluaron el calibre de las agujas. Todos excepto 2 fueron estudios prospectivos, la mayoría de ellos eran estudios ciegos con o sin aleatorización.  Al emplear un modelo de aleatorización, la técnica por capilaridad se asoció de forma estadísticamente significativa con la reducción del riesgo de citologías no diagnosticas (RR= 0.57, IC 0.34-0.92; p=0.02). Hubo una tendencia no significativa a favor de utilizar agujas con calibres menores.
 
Conclusiones: Debido a la disminución estadísticamente significativa en el porcentaje de citologías no diagnosticas con el método de capilaridad y el potencial aumento de riesgo de complicaciones y dolor con agujas de calibres mayores sin probado beneficio, se recomienda realizar la PAF de los nódulos tiroideos sin aspiración y utilizando agujas con calibres menores.

Comentarios:
 
La PAAF a pesar de ser una técnica segura, precisa y efectiva de obtener material diagnóstico y extremadamente frecuente, las citologías no diagnósticas clasificadas como Bethesda I son un problema constante en la práctica clínica habitual. Incluso en aquellas PAF guiadas mediante ultrasonidos el porcentaje de citologías no diagnosticas se estima aproximadamente en el 10%, o incluso superior.
Existen gran número de estudios que comparan la PAF mediante la técnica de aspiración y de capilaridad ofreciendo resultados variables. Actualmente, no existe consenso sobre la técnica optima de realización ni acerca del calibre de la aguja utilizada en la punción. Este articulo lleva a cabo la revisión sistemática y meta-análisis sobre cómo estas variables pueden afectar en el diagnóstico certero de las PAF.  
 
Se realizó una revisión sistemática de acuerdo con los términos más buscados en diferentes bases de datos como Medline, Embase, Web y Cochrane.  Se analizaron 24 artículos con un total de 4428 nódulos tiroideos siendo la mayoría prospectivos.

Se observó que la técnica por capilaridad presentaba 13% de citologías no diagnosticas [IC 9.8–16%] frente 16.1% en las punciones por aspiración [CI 12.6–18.8%]) siendo los resultados estadísticamente significativos. Al aleatorizar, se pudo observar un descenso estadísticamente significativo en el porcentaje de citologías no diagnosticas con la técnica de capilaridad.
Por otro lado, al evaluar los estudios que analizaban el calibre de las agujas empleadas en las punciones, se observó que las PAF realizadas con agujas de menor calibre presentaban un 13,7% [IC 8.0–9.5%] de citologías no diagnosticas frente al 19,2% [CI 9.6– 28.8%] en aquellas realizadas con agujas de mayor calibre. Al analizar con un modelo aleatorizado, se observó una tendencia no estadísticamente significativa a favor de la utilización de calibres más pequeños con reducción del riesgo de citologías no diagnósticas confirmado a su vez mediante el análisis de regresión lineal del efecto del calibre de la aguja en la aparición de citologías no diagnosticas r=0.08 [IC (-)0.29 - 0.13]; p = 0.43)
 
Los estudios incluidos en la presente revisión son en su mayoría prospectivos, ensayos ciegos con un riesgo relativamente bajo de sesgo. La PAF sin aspiración es una técnica ampliamente utilizada, en la que el tejido tiroideo es pasivamente introducido en la aguja por gravedad, lo que permitiría aumentar el rendimiento diagnostico al evitar la contaminación hemática que dificulta el análisis de la citología tiroidea.
 
Por otro lado, el efecto del calibre de la aguja utilizada en la biopsia no ha sido tan ampliamente estudiado como el efecto de la técnica elegida. El uso de agujas con calibres mayores, aunque en teoría son capaces de extraer mayor cantidad de tejido tiroideo no parece disminuir el porcentaje de citologías no diagnósticas, y puede originar mayor número de efectos adversos.  Por lo tanto, dado el potencial aumento de riesgo de dolor y complicaciones sin beneficio demostrado, no se recomienda realizar PAF inicial de rutina de los nódulos tiroideos con agujas de calibres mayores.

A pesar de la robustez de los resultados en la presente revisión presenta ciertas limitaciones a considerar: la no aleatorización de la mayor parte de los estudios incluidos y la realización de PAF ecoguiada en tan solo un tercio de los estudios incluidos. Además, no se evaluaron las características nodulares ni el grado de sospecha o citología a la hora de discriminar la técnica y el calibre más adecuado en cada caso.
 
En conclusión, el presente estudio concluye recomendando de forma general la realización de la PAF de nódulos tiroides sin aspiración y con agujas de menor calibre con el objetivo de disminuir el porcentaje de citologías no diagnosticas con la técnica de capilaridad y debido al potencial aumento del riesgo de complicaciones y dolor con las agujas de mayor calibre sin beneficio demostrado. 

Referencia:
 
Moss WJ et al. Thyroid 2018 Jul;28(7):857-863. doi: 10.1089/thy.2017.0643.
 
Comentado por:
Gonzalo Díaz Soto y Cristina Serrano. Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Clínico Universitario de Valladolid

Incidentalomas tiroideos detectados con SPET-TC con 18-fluorodeoxiglucosa: Estratificacion del riesgo y manejo

25 de abril de 2019

Se presenta el articulo con título “Incidentalomas tiroideos detectados con SPET-TC con 18-fluorodeoxiglucosa: Estratificacion del riesgo y manejo” publicado on line el pasado mes de junio de 2018 en la revista Thyroid radiology and nuclear medicine.
 

ABSTRACT:
 
Objetivos: Los objetivos de este estudio fueron estratificar el riesgo de malignidad en incidentalomas tiroideos detectados con 18F-Fluorodeoxiglucosa PET/TC positivos comparado con las características ecográficas de sospecha recogidas en las guías de manejo de nódulo tiroideo y establecer su manejo.
 
Material y Metodos: De una cohorte histórica de 96,942 pacientes sometidos a 18F-PET/TC entre octubre de 2018 y septiembre de 2015, 1342 pacientes con 1364 nódulos con captación focal de la glándula tiroidea fueron evaluados mediante ecografía , con un diagnostico final realizado en 877 pacientes con 907 nódulos que fueron incluidos en este estudio. Las imágenes ecográficas fueron revisadas retrospectivamente, y estratificadas de acuerdo a las guías de la Asociación Americana de Tiroides y la Guía Koreana. Se comparó el riesgo calculado de malignidad frente al riesgo estimado según las guías.
 
Resultados: En general, el riesgo de malignidad de los incidentalomas detectados por 18F FDG PET/TC fue del 54%. Cuando se estratifico el riesgo acorde con las recomendaciones de la Asociación Americana de Tiroides, el riesgo de malignidad de los incidentalomas tiroideos con alta y media sospecha (93,2% y del 45,2% respectivamente) fue mayor que el riesgo indicado en las guías. El riesgo de malignidad de los incidentalomas tiroideos con baja y muy baja sospecha ecográfica (8.1% y 0%, respectivamente) estaba dentro de los rangos de las guías. Estos resultados fueron también objetivados cuando los incidentalomas tiroideos fueron estratificados de acuerdo con las guias Koreanas  y en el subgrupo de nódulos > 1 cm.

Conclusiones: La exploración ecográfica puede ser utilizada para estratificar el riesgo de malignidad de incidentalomas tirodeos detectados con 18F- FDG PET/TC positivo. El riesgo de malignidad no aumenta en incidentalomas tiroideos con baja o muy baja captación, esto indica que solo biopsias selectivas serán necesarias en esas categorías de incidentalomas tiroideos.

COMENTARIOS:
 
Se trata de un estudio relevante por el aumento en la realización de estudios de extensión con 18F- FDG PET/TC y por tanto el incremento de incidentalomas tiroideos hallados en estos estudios y su relación clásica con el riesgo incrementado de malignidad. Esta situación supone un reto diagnóstico para el especialista, ya que no existe de forma bien establecida una clasificación que estratifique el riesgo de malignidad de los incidentalomas tiroideos detectados en F-18 SPECT-TC.
Existen varios estudios publicados sobre sistemas de estratificación del riesgo de malignidad y manejo terapéutico en este subgrupo de pacientes. Sin embargo, las guías actuales sobre manejo de nódulo tiroideo no establecen específicamente el plan de actuación ante incidentalomas detectados mediante 18F-FDG PET-TC.
 
En el presente trabajo se plantearon estratificar el riesgo de malignidad de los incidentalomas tiroideos hallados en la realización de SPEC-TC con 18-FDG acorde a las guías de la Asociacion Americana de Tiroides (ATA)  y TIRADS, planteando posteriormente el manejo adecuado en función de los resultados ecográficos. Para ello se realizó un estudio retrospectivo, con una cohorte de pacientes en los que se realizó 18F-FDG PET-TC por otro motivo sin presentar enfermedad tiroidea previamente.
 
Se evaluaron las imágenes ecográficas por dos radiólogos de forma retrospectiva, evaluando características ecográficas clásicas como el tamaño, composición, forma, márgenes, ecogenicidad y presencia de datos sugestivos de microcalcificaciones o presencia de macrocalcificaciones.  Las características ecográficas se agruparon en las 5 categorías recogidas en la ATA y en 4 según la clasificación TIRADS.
 
El presente estudio demostró que se puede estratificar de manera efectiva el riesgo de malignidad de los incidentalomas detectados mediante 18F-FDG PET-TC acorde con las dos guías anteriormente comentadas siguiendo los criterios de sospecha por ultrasonidos. En el análisis multivariante se observó que las características ecográficas clásicas relacionadas con un mayor riesgo de malignidad eran aplicables a aquellos nódulos detectados mediante 18F-FDG PET-TC positivo.
 
La incidencia de incidentalomas tiroideos fue del 4,8% con un riesgo de malignidad del 54,7% en su conjunto. El riesgo de malignidad en los incidentalomas tiroideos detectados mediante 18F-FDG PET-TC con alta e intermedia sospecha fue del 45% al 93%; sin embargo en las categorías de baja y muy baja sospecha el riesgo de malignidad oscilo del 0% al 10%.
 
Al comparar estos resultados con el riesgo estimado según las guías ATA y TIRADS, el riesgo de malignidad fue significativamente mayor en aquellos nódulos de alta e intermedia sospecha. Por tanto, en estas categorías estaría indicado la realización de PAAF. 
 
Al contrario, aquellos nódulos con datos ecográficos de baja o muy baja sospecha de malignidad el riesgo de malignidad no variaba al compararlo con las guías. Es decir, los nódulos de estas categorías no presentaban un aumento del riesgo de malignidad aunque hubieran presentado captación focal en el 18F-FDG PET-TC.
Estos nódulos, que representan un 30% del total, requerirían PAAF de manera selectiva. Si bien son necesarios más estudios para determinar que nódulos deberían ser puncionado en este subgrupo.
 
Las limitaciones de estudio incluyen el diseño retrospectivo en un único centro y el análisis exclusivamente de aquellos pacientes con anatomía patología definitiva lo cual podría sobreestimar el riesgo de malignidad.
Además, en la práctica clínica habitual los nódulos subcentimetricos detectados mediante 18F-FDG PET-TC solo deberían puncionarse si presentan características ecográficas sugestivas de malignidad. Finalmente no se ha evaluado las unidades de medición (SUV) como dato de variabilidad entre los diferentes sistemas SPET-TC.
 
El estudio concluye que la estratificación del riesgo mediante las características ecográficas clásicas de los nódulos detectados por 18F-FDG PET-TC podría evitar la realización de punciones innecesarias y los potenciales riesgos asociados.


Referencia:
Chung SR et al. Thyroid Incidentalomas Detected on 18F-Fluorodeoxyglucose Positron Emission Tomography with Computed Tomography: Malignant Risk Stratification and Management Plan. Thyroid. 2018 Jun;28(6):762-768.
 
 
 
Comentado por:
Gonzalo Díaz Soto y Cristina Serrano
Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Clínico Universitario de Valladolid
 


Trabecular bone score and bone mineral desnsity in patients with postsurgical hypoparathyroidism after total thyroidectomy for differentiated thyroid carcinoma.

08 de abril de 2019

Se presenta el artículo con título “Trabecular bone score y densidad mineral ósea en pacientes con hipoparatiroidismo posquirúrgico después de tiroidectomía total por carcinoma diferenciado de tiroides” publicado el pasado mes de Diciembre online  en la revista Surgery por la Doctora Sonsoles Guadalix Iglesias del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

ABSTRACT:
 
Antecedentes: Aunque se ha publicado que la densidad mineral ósea (DMO) está aumentada en pacientes con hipoparatiroidismo posquirúrgico (hipoPT posquirúrgico), el efecto del hipoPT en los valores del Trabecular bone score (TBS) sigue siendo desconocida. Este estudio evaluó los efectos a largo plazo del hipoPT secundario a tiroidectomía total por carcinoma diferenciado de tiroides (CDT) en el TBS, DMO y marcadores de recambio óseo, con un grupo de pacientes de características similares sin hipoparatiroidismo. 
Métodos: Las mujeres con CDT intervenido e hipoPT (n = 25; 8 premenopáusicas y 17 posmenopáusicas) o función euparatiroidea (n = 98; 14 premenopáusicas y 84 posmenopáusicas) fueron emparejados por edad e índice de masa corporal (IMC). Las pacientes recibieron supresión de la hormona estimulante de tiroides (TSH) durante el seguimiento. Se analizaron la DMO y el TBS utilizando densitometría dual de rayos X y el software Med-Imaps en la visita basal (1–3 meses después de la cirugía) y en la visita final del estudio.

Resultados: La duración del seguimiento fue similar en los grupos estudiados (mediana de 10 años). La DMO basal y los valores de TBS fueron similares entre los pacientes con hipoPT y los no hipoPT, independientemente del estado de menopausia. Al final del estudio, las pacientes posmenopáusicas con hipoPT tuvieron una mayor DMO en comparación con los pacientes sin hipoPT en la columna lumbar, fémur total, cuello del fémur y el radio distal (p = 0,001), y un valor de TBS mayor (1.31 ± 0.09 vs 1.24 ± 0.12, P = 0,0184). Pacientes premenopáusicas con y sin hipoPT tuvieron valores similares de DMO en la evaluación final. Los marcadores de recambio óseo (osteocalcina, fosfatasa alcalina específica del hueso y β-crosslaps) fueron menores en pacientes posmenopáusicas con hipoPT, lo que refleja la disminución del recambio óseo.

Conclusiones: Las pacientes posmenopáusicas que se sometieron a una tiroidectomía total por un CDT con hipoPT posquirúrgico tienen mayores valores de TBS y DMO en comparación con pacientes con normofunción de paratiroides, lo que sugiere que el HipoPT protege contra los efectos negativos a largo plazo del tratamiento supresor de TSH en el hueso.

COMENTARIO
Iglesias y colaboradores han publicado un artículo muy interesante sobre el uso del TBS en pacientes con hipoPT posquirúrgico. En el hipoPT se ha descrito un aumento de la DMO por densitometria ósea, lo que podría sugerir una disminución en el riesgo de fractura. Sin embargo, los pocos estudios que habían evaluado el riesgo de fractura en el hipoPT posquirúrgico encontraron un riesgo normal o aumentado de fractura. Esto lo podría explicar el hecho de que la resistencia ósea comprende la DMO y la calidad ósea, de la cual la microarquitectura es una variable importante junto con la mineralización y el recambio óseo. Además, en pacientes con CDT hipoparatiroideos, los efectos del tratamiento supresor de TSH son preocupantes por el efecto deletéreo de la supresión con levotiroxina sobre la pérdida ósea.

Es el primer estudio a largo plazo que compara la DMO medida por DEXA y TBS, en mujeres con terapia supresora de TSH por CDT intervenido emparejadas por edad e  IMC, con y sin hipoparatiroidismo. Además, es uno de los pocos estudios que considera los efectos del tratamiento supresor con levotiroxina y el hipoPT posquirúrgico sobre la masa ósea, los marcadores de recambio óseo y la calidad ósea, con respecto a la menopausia en mujeres con CDT. Es de destacar que observaron que los pacientes hipoparatiroideos tuvieron una incidencia de osteoporosis similar  tanto al inicio como al final de seguimiento, mientras que en pacientes sin hipoPT hubo un deterioro en la densitometría ósea y un aumento de osteoporosis. Las razones del aumento de la masa ósea y TBS en mujeres posmenopáusicas con hipoPT no están claras. Explican que puede deberse a que la falta de PTH en estos pacientes induce un estado de recambio óseo crónicamente bajo, lo que está relacionado con un aumento de la DMO. Otro dato interesante, es que en este estudio se encuentra una incidencia numéricamente menor de fracturas vertebrales en los pacientes con hipoPT posquirúrgico en comparación con los pacientes no hipoPT, aunque el bajo tamaño de muestra les impide un análisis estadístico fiable del riesgo de fractura de esta población. Este estudio, aunque tiene una muestra pequeña, nos indica que en mujeres hipoparatiroideas con indicación de terapia supresora de levotiroxina, el riesgo de osteoporosis o fractura propia del tratamiento no debe ser una contraindicación para su uso.

Referencia: S.G. Iglesias, M.L.D.M. Dominguez and E.F. Herrero et al., Trabecular bone score and bone mineral density in patients with postsurgical hypoparathyroidism after total thyroidectomy for differentiated thyroid carcinoma, Surgery, https://doi.org/10. 1016/j.surg.2018.10.034

Comentado por:
María Rosa Alhambra Expósito. UGC Endocrinología y Nutrición. Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba. Hospital Universitario “Reina Sofía”. Córdoba.
 




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